Anemia: estrategias y alimentos que ayudan a prevenirla

La anemia es una enfermedad popular que muchos conocen pero pocos en profundidad. Íntimamente relacionada al déficit en el consumo de algunos alimentos, consultamos con la licenciada en Nutrición y docente de la Universidad ISalud María Belén Pérez, quien nos explicó de qué se trata y cómo se puede prevenir o mejorar a través de nuestra dieta.

"La anemia se presenta cuando disminuye el número de glóbulos rojos en la sangre, y son insuficientes para realizar un adecuado transporte de oxígeno a los tejidos corporales o su función es deficiente en algún sentido. Existen varios tipos, cada una con su propia causa, sin embargo, la anemia por deficiencia de hierro (ferropénica) se da por carencia nutricional, y es la más prevalente a nivel mundial, tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo. La mayor prevalencia de este tipo de anemia se da en los lactantes, seguidos de los adolescentes y mujeres en edad fértil", explica.

En relación a las causas que la genera, la profesional destacó la ingesta insuficiente y la presencia en la dieta de inhibidores de su absorción del hierro como la principal, ya sea el hemínico está presente en alimentos de origen animal (pollo, pescado, carnes rojas) que se absorbe bien y en mayor cantidad por el organismo, como el no hemínico que es el que encontramos en la mayor cantidad de alimentos y está presente en aquellos de origen vegetal (lentejas, espinacas, berro, brócoli).

Como sugerencia para tratarlas, la docente destacó: "La cantidad de hierro que asimila el organismo depende de la cantidad ingerida con los alimentos o suplementos, la composición de la dieta y la regulación de la absorción por la mucosa intestinal. Por lo tanto, para prevenir anemias o mejorarlas si ya hay un cuadro de anemia existente, es importante consumir alimentos ricos en hierro, como, por ejemplo: carnes, pescados, aves, legumbres, vegetales de hoja verde oscura y frutos secos. La absorción del hierro también puede aumentar cuando las reservas totales del organismo están bajas o cuando la demanda de hierro aumenta".

MEJORAR LA ABSORCIÓN:

* Combinar los alimentos con contenido de hierro con alimentos que contienen ácido ascórbico (Vitamina C) presente principalmente en cítricos, como, por ejemplo: naranja, mandarina, pomelo, limón, También el kiwi, frutillas o tomate.

* Evitar consumir los alimentos con contenido de hierro junto con alimentos que inhiben su absorción como son los fitatos, presentes en los cereales y granos integrales, legumbres, semillas, también el calcio en la leche y productos lácteos; los taninos presentes en el té, café y cacao y los oxalatos en las verduras.

* Aumentar la absorción por el "factor cárnico", el cual se basa en que el consumo de carnes aumenta la biodisponibilidad (absorción) del Hierro no hemínico.

* Incluir en las comidas donde haya alimentos ricos en hierro, frutas frescas o jugos de fruta y otras fuentes de vitamina C (tomates, espinacas, coliflor, vegetales de hoja verde oscuro y tubérculos). Condimentar con jugo de limón.

* Consumir leche, queso, y otros productos lácteos entre las comidas y no con los alimentos ricos en hierro

* Separar el té, café, o chocolates, de las comidas al menos 2 horas.

* Consumir alimentos que contienen inhibidores de la absorción de hierro como té o leche en las comidas que contengan alimentos con bajo contenido de hierro, como puede ser un desayuno o merienda.

* Evitar el consumo de gaseosas con la ingesta de alimentos ricos en hierro.

Consultada por aquellos alimentos fortificados en hierro, la docente expresó: "Es la solución más práctica, sostenible y rentable a largo plazo para controlar la deficiencia de hierro en países con riesgo elevado de este déficit en todos los grupos de la población. En nuestro país existen las Leyes 25459/01 y 25630/02 de fortificación de los alimentos con hierro, zinc y vitaminas, y el acceso gratuito al suplemento con sulfato ferroso de las mujeres embarazadas y los niños menores de 5 años que se atienden en los centros de atención primaria de la salud pública de todo el país a través del Programa REMEDIAR".

Por otro lado, una situación cada vez más frecuente es la que se da en personas vegetarianas que presentan un déficit de la vitamina B12 y/o ácido fólico. Con respecto a este tema, la profesional indicó: "Esta vitamina está presente en alimentos de origen animal como carnes, leche y derivados, huevos, pescados. Las reservas del organismo de vitamina B12 cubren los requerimientos diarios durante un período de tres a cuatro años cuando hay un déficit en el aporte vitamínico de la alimentación, por lo que la anemia se desarrollaría luego de este periodo Por lo tanto, para prevenir situaciones de riesgo, se debe reforzar la dieta incluyendo a diario alimentos de origen animal, o suplementos de Vitamina B12 en dietas vegetarianas o veganas".

Con respecto a la deficiencia de ácido fólico, se puede producir en unos cuatro meses cuando hay carencia en su ingesta. Se pueden cubrir con determinados alimentos como los vegetales de color verdes, la manipulación en la cocción, pueden llegar a inactivarlos y producir pérdidas significativas. Por tanto, es preferible el consumo de estos productos frescos y crudos. Hay que tener en cuenta también que, por ser una vitamina hidrosoluble, la cocción favorece el paso de los folatos al agua y para compensar esta pérdida de vitamina se aconseja el consumo del agua de cocción, por ejemplo, en sopas y, además de la corrección de la dieta, se recomienda el tratamiento con suplementos de ácido fólico por vía oral con el fin de corregir la deficiencia y la reposición de los depósitos. Las fuentes más importantes son los vegetales de hojas verdes oscuras (espinaca, espárragos, repollitos de Bruselas, brócoli, frutas (naranja, palta), hígado, yema de huevo, frutos secos (nueces, almendras), cereales integrales, legumbres, productos lácteos y levaduras.

Para finalizar, la licenciada resaltó la importancia de esta enfermedad: "Las anemias, son problemas de salud pública universal por sus consecuencias sobre la salud de los individuos. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2011), más de 2 billones de personas tienen deficiencia de hierro, lo que representa casi el 25% de la población mundial. Es un trastorno multifactorial en el que intervienen la alimentación, la situación fisiológica y la carga genética de cada persona. Por lo tanto, resulta primordial crear conciencia sobre las necesidades nutricionales de los diversos miembros de la familia y ayudar a las personas que toman las decisiones alimentarias en el hogar a entender cómo se pueden satisfacer mejor estas necesidades a partir de los recursos que tengan disponibles, ya que también son pasos importantes para evitar las anemias nutricionales".